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Resumen

El objetivo de esta actividad fue dar a conocer la situación ecológica y económica de la dehesa a través del análisis crítico de los problemas y soluciones que se vislumbran en torno a ésta.

La dehesa es un ecosistema especialmente importante no sólo por sus implicaciones sociales y culturales, sino también por la diversidad de fauna y flora silvestre que alberga. Sin embargo, sobre las dehesas se ciernen presiones que comprometen su futuro, éste fue el hilo argumental a partir del cual giró el debate.

Se hizo especial hincapié en que la falta de rentabilidad de las explotaciones, debido a la falta de valor de los productos provenientes de ella y el elevado coste de mantenimiento, la insuficiente regeneración, la sequía y alteraciones climáticas y el fenómeno de decaimiento -conocido como La Seca- están provocando su progresivo deterioro y abandono.

Además, argumentaron que la intensificación productiva, propiciada además por la Política Agraria Común (PAC), ha multiplicado la presión del ganado sobre dehesas y pastos, provocando el ramoneo de los brotes de encinas, el sobrepastoreo del estrato herbáceo, la degradación de la estructura del suelo, el empeoramiento de la permanencia y disponibilidad hídrica y la pérdida de diversidad de plantas de todo tipo.

Por otro lado, el uso de dehesas también como tierra de labor, esquilma el banco de semillas y frecuentemente destruye la estructura del suelo por las habituales malas prácticas, y reduce los nutrientes asimilables, especialmente fósforo y nitrógeno. Todo esto produce un paulatino empobrecimiento del suelo, llegando a un punto en el que ya es incapaz de regenerarse.

Sin embargo, aseguran, que sin la visión adecuada no es fácil de detectar este proceso, ya que habitualmente los valores de pérdida de suelos son relativamente bajos.

En los últimos tiempos la extensión de la dehesa ha declinado considerablemente por el cambio de uso del suelo, talándose las encinas, aumentando la agricultura, la irrigación e incluso la plantación de eucaliptos. A todo esto hay que añadir la aplicación de técnicas de agricultura convencional con los problemas asociados de erosión, contaminación y reducción de la biodiversidad que ello implica. La forma habitual de poda de las encinas –de impacto aumentado por el uso de sierras mecánicas y la venta de su madera por kilos da el golpe definitivo a su gran resistencia.

Por otro lado, la muerte de masas de quercíneas repercute de forma muy directa y negativa en sectores tales como el cerdo ibérico, el corcho, el turismo rural y otros aprovechamientos de índole forestal, agrícola, cinegético y ganadero, provocando grandes pérdidas económicas, con el consecuente despoblamiento de las zonas rurales.

Todas estas cuestiones fueron debatidas durante la actividad, que contó con la presencia de propietarios, productores, asociaciones vinculadas a la dehesa y pastos semi-áridos, expertos y miembros de las administraciones.

Para terminar, se lanzó una reflexión a todos los asistentes al debate. “En un mundo lleno de problemas ambientales, originados por la –inadecuada- visión industrial del uso que hacemos de la naturaleza, es prioritario desarrollar sistemas productivos que conjuguen la eficacia económica, la preservación y aumento de los recursos naturales y de la biodiversidad; y dar un valor económico a los fundamentales servicios que, en este caso, proporcionan los sistemas adehesados, no tenidos en cuenta por la economía de mercado actual. Para ello se pide el apoyo de la Administración y la puesta en valor de los beneficios ecológicos, productivos, paisajísticos y culturales de este ecosistema tan característico de la Península Ibérica”.



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