Estas cifras parecen poner en entredicho, al menos hasta el día de hoy, la aportación del Código Técnico de la Edificación (CTE), una norma con rango de Decreto Ley, que obliga a las nuevas construcciones y a las rehabilitaciones a instalar energía solar térmica. En el caso de la energía solar fotovoltaica afecta a determinados edificios del sector terciario y solo a partir de una superficie mínima construida. “El CTE entró en vigor en 2006, pero no es hasta mediados de este año cuando se está notando su efecto”, explica Pascual Polo, secretario general de la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT).
En virtud de la existencia del CTE en 2008 se instalaron unos 330.000 m2 de captadores solares térmicos, aproximadamente un 75% de un total de 430.000 m2. Se cumplió, por tanto, menos de la mitad del objetivo marcado por el Plan de Renovables. Las instalaciones solares térmicas ya tendrían que sumar 1 millón de m2 y no llegan ni a medio millón.
Falta de concienciación, de interés…
En opinión de ASIT hay que tomar medidas para mejorar la realidad de la energía solar térmica. O bien los usuarios no tienen interés en ella, o bien las administraciones no han sido capaces de publicitarla. Lo cierto es que cada año sobran parte de las ayudas presupuestadas por la administración a la instalación de solar térmica. Este año, es de suponer, volverá a la pasar lo mismo con los menos de 30 millones destinados a este capítulo.
El CTE fue legislado por el gobierno central, las competencias están en manos de las comunidades autónomas y hay más de 8.300 ayuntamientos con la potestad de conceder licencias. Así el CTE se extiende en territorios administrativos diversos y singulares en los puede suceder que “no hay medios, no hay recursos o en algunos casos no hay interés”, asevera Pascual Polo. Un ejemplo, Energías Renovables se ha puesto en contacto con el Ministerio de Vivienda para conocer los últimos datos sobre la implantación de energía solar en el sector doméstico y lo único que ha averiguado es que ese ministerio no dispone de ellos porque no se ha hecho ninguna estadística al respecto.
ASIT cree que el CTE debe ayudar a la extensión de la energía solar térmica, pero considera imprescindible que se abran nuevos mercados y que haya una prima para el usuario de las instalaciones. Pascual Polo asegura tener “esperanzas de la que la nueva ley de Renovables y Eficiencia Energética que está redactando el Ministerio de Industria abra mercados como los grandes consumos en industria y el sector terciario a través de apoyos no solo a la inversión inicial, sino también a los resultados energéticos de la instalación. Puede ser que se incluya, en un principio el Ministerio parece estar de acuerdo”.
El CTE castiga a los pioneros
Es el caso del ayuntamiento de Rivas Vaciomadrid, un municipio madrileño que en 2004, dos años antes de la entrada en vigor del CTE, ya disponía de ordenanzas municipales que favorecían la instalación de energía solar fotovoltaica y térmica en los edificios de nueva construcción. Los datos del ayuntamiento contabilizan 1.665 nuevas construcciones entre 2004 y 2006. De ellas, 935 instalaron solar fotovoltaica y 702 solar térmica.
Pero, ¿qué sucedió con la entrada en vigor de la CTE? Las nuevas construcciones únicamente instalaron térmica. En opinión de Francisco Romero, Director de la Agencia de la Energía de Rivas Vaciamadrid, “el CTE ha supuesto la devaluación de la política pionera de extensión de la energía solar que tuvo Rivas Vaciamadrid desde que aprobó su Ordenanza Solar. Los promotores inmobiliarios se han acogido al literal del CTE y se han decantado por pequeñas instalaciones de energía solar térmica frenando los avances que se hicieron en FV desde la publicación de la Ordenanza hasta 2006”.
Más información
www.ine.es
www.asit-solar.com
www.rivasecopolis.org
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