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Resumen

Nos podemos remontar a miles de años y encontraremos la dicotomía (expresada o no, esa es otra historia) entre ciudad, como lugar construido, conocido, y naturaleza, como el contrapunto desconocido, tentador a veces, pero hostil las más. Unas veces, esta dicotomía, aparecerá expresada como el binomio ciudad – naturaleza y otros como ciudad – campo. En el segundo caso la mención al campo suele ir acompañada de aspectos relativos a la producción de recursos (sobre todo alimentos) de los que se nutre la ciudad. En cualquier caso, la relación que se produce entre las partes del binomio es la de dominio de la ciudad y de dependencia por parte de la naturaleza o el campo, según se trate. Esa relación es pues, una nueva construcción urbana. Lo mismo que, urbanas en su origen, son las construcciones contrarias, del tipo menosprecio de Corte y alabanza de aldea que, periódicamente, han ido apareciendo.

En esta época en la que nos encontramos, la antigua relación no ha hecho sino crecer con la extensión de la urbanización a lo largo y ancho del planeta. Este crecimiento, en el número de ciudades y en el número de habitantes en ellas, ha implicado ciertos cambios que se manifiestan de diversas maneras. A la percepción de que fuera de la ciudad se producen los tradicionales usos agropecuarios, se han unido otros que, en determinados momentos y lugares, tienen tanta o más importancia. Son ciertos usos residenciales (permanentes u ocasionales), de esparcimiento, en muy distintas manifestaciones que van desde actividades deportivas a la contemplación, y usos, que siendo agrícolas, representan bien nuevos aprovechamientos, bien nuevos grupos humanos dedicados a ello.

Desde la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, situaron el tema objeto de la mesa redonda, definiendo términos de referencia y los conceptos: campo, ciudad, naturaleza y la relación que esta última tiene con los dos primeros.

Por su parte, el director del Parque Agrario del Bajo Llobregat, presentó el caso del citado Parque Agrario situado en una zona de alta densidad demográfica, industrial y de servicios. Su intervención nos ayudó a definir qué es y qué no es un espacio agrícola, cuál puede ser el futuro de dichos lugares de producción y qué relación pueden tener con un espacio natural.

La Comunidad de Madrid presentó su Plan de uso y gestión de la red de vías pecuarias. Un ejemplo, el de estas vías, de cómo ciertos usos cambian en el tiempo. Señala el jefe de área de vías pecuarias, que de ser una infraestructura básica para la ganadería de una época, las vías pecuarias, sin perder su tradicional utilidad, pueden compaginarla con otras nuevas infraestructuras.

El Secretario General de FEDENATUR, habló de los espacios naturales periurbanos como áreas protegidas de la urbanización y dedicados a la conservación de la biodiversidad, además de ser zonas pensadas para la recepción de público, en particular con objetivos educativos.

Para cerrar la mesa, se presentó un ejemplo de cómo los espacios naturales periurbanos pueden convertirse en un puente entre la urbe y la naturaleza, tal es el caso del CEA Polvoranca en la Comunidad de Madrid.

Es necesario, concluyen, limitar la expansión desmesurada de las ciudades, que destruye de manera irreversible el patrimonio cultural y natural. Por tanto, debemos cambiar ese modelo de gestión del territorio, que en la actualidad se está llevando a cabo desde la ciudad y, es decir, con un pensamiento urbano.

Se debe aprovechar el contexto actual para plantear nuevos modelos de desarrollo territorial, que impidan la desintegración de una estructura social, económica y cultural ligada al territorio.



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