Fondo documental  /  Ficha de actividades
()

Presentación Programa Galería


Resumen

España es un país demográficamente urbano en un territorio predominantemente rural. Las personas son los elementos estructurales del territorio, por ello, es necesario fomentar que los habitantes de las zonas rurales permanezcan en ellas.

El desarrollo del mundo rural se interpreta en términos de calidad de vida, como la suma de tres componentes: la renta, las condiciones sociales y el medio ambiente. Protegiendo y desarrollando estos tres aspectos, lograremos la permanencia de habitantes en las zonas rurales. Durante el debate se expusieron algunas de las políticas aplicadas por las comunidades autónomas para frenar el éxodo rural.

En Castilla y León se apuesta por los llamados “núcleos prestadores de servicio”. Se trata de facilitar la conectividad entre los municipios más grandes, susceptibles de acoger mayor número de servicios y las entidades locales que los rodean. El objetivo es crear una red de comunicaciones para que los pequeños municipios puedan disfrutar de los servicios que ofrecen los grandes núcleos urbanos.

En Navarra, donde el 90% de los municipios son rurales, la estrategia utilizada es acercar distancias entre el mundo rural y el mundo urbano, facilitando también el acceso a los servicios garantizando que todos los navarros vivan a menos de 20 minutos de una vía de gran capacidad. También están apostando por la mejora de las telecomunicaciones, por el desarrollo del canal navarro y por potenciar una pujante industria agroalimentaria, ya que se trata de una industria ligada a la tierra, que se nutre de los productos de los agricultores y ganaderos y por lo tanto, no se deslocaliza, al tiempo que crea oportunidades de empleo tanto directas como indirectas.

A la hora de diseñar políticas hay que tener en cuenta que una protección desmesurada del territorio puede tener efectos negativos sobre la economía del mundo rural. Algunas leyes (como la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad) preocupan a los agricultores y a los ganaderos, por lo que es necesario informar a la población y crear políticas de actuación capaces de compatibilizar el desarrollo del sector agropecuario con la protección del medio ambiente.

Una de las nuevas herramientas de gestión en pro del desarrollo rural es la “custodia del territorio”, que busca iniciativas voluntarias de conservación de la naturaleza, del paisaje y del patrimonio cultural en fincas privadas y municipales, y en las que los principales protagonistas serán, por un lado, los propietarios y, por otro, una entidad de custodia que les asesora para llevar a cabo una gestión de su finca orientada a la conservación de sus valores y recursos.

El mundo rural debe aceptar los cambios que se están produciendo, existe una nueva ruralidad, hay nuevos sectores económicos ligados al turismo, a la salud, a la educación, al ocio y al medio ambiente. El mundo rural debe estar vivo y para ello tiene que reconocer que estas actividades pueden implantarse logrando una transformación que no tiene porqué ser negativa. El territorio tiene que responder a una visión de conjunto y en consecuencia, cualquier política que se aplique debe hacerse desde la óptica de la globalidad. Si queremos mantener nuestro entorno rural desde el punto de vista puramente conservacionista tenemos que ser conscientes del trabajo que eso conlleva y por lo tanto habrá que pensar en aportar fondos al mundo rural para que el agricultor trabaje como guardián de la naturaleza y conservador de la biodiversidad.



Volver Imprimir